El llamador de ángeles es una joya con forma de esfera redonda, suele ser de plata de ley y al agitarla produce un suave sonido metálico.
Hay varias leyendas respecto a este tipo de joya, pero casi todas dicen que sirven para llamar a los ángeles de la guarda.
Los llamadores de ángeles se pueden usar de varias maneras, lo más normal es llevarlas colgadas al cuello, o situarlas en las casas en las entradas o en la cuna de un bebé.
Si se coloca en un lugar en el que se produzca corriente, el llamador de ángeles sonará y junto a la cuna producirá agradables sonidos que ayudarán al bebé a alcanzar el sueño.
Las creencias populares cuentan que si el llamador de ángeles lo lleva una embarazada, lo ha de llevar con una cadena más larga, a la altura del bebé para que este proteja a los dos, hasta el momento del alumbramiento en el que el bebé ya podrá tener uno propio en la cuna.
En cuanto a estas preciosas joyas, a parte de su particular sonido, suelen ser unas joyas de extraordinaria belleza, con una jaula de plata de ley o jaula en oro, con preciosas filigranas a las que se les puede añadir piedras o cristales para embellecer aún más el llamador de ángeles.
Como es el caso de la marca Alemana Engelsrufer que es una marca de joyería especializada en diseñar y fabricar este tipo de joyas y otros complementos como las bolas musicales, cadenas, collares, pendientes y charms de plata.
La leyenda de los llamadores de ángeles
Cuenta la leyenda que en el principio de los tiempos los humanos y los ángeles vivían en contacto directo, pero esto dejó de ser así debido al pecado original y poco a poco fueron desvinculándose los unos de los otros. Esta separación entre los humanos y los ángeles produjo una gran tristeza entre los ángeles, que idearon un método para mantener el contacto.
La idea de los ángeles fue regalar a los seres humanos unas pequeñas esferas de plata pura que colgadas de una cadena se podían hacer sonar cuando fuera necesario, para que los ángeles acudieran en ayuda de la persona que hiciese sonar su llamador.
Los ángeles solo pusieron una condición, y era que el colgante solo lo pudiera usar su dueño, perdiendo todo poder si era usado por otra persona.
Cada colgante tenía un sonido particular que cada ángel reconocía e identificaba como una llamada para él de una persona en concreto.
También explicaron que las mujeres embarazadas podían usar este colgante para la madre y para el hijo y que esta era la única ocasión en la que se podía vulnerar esta norma, pero, solo se podía usar para los dos hasta el momento en que la madre diera a luz, y era en ese momento cuando la madre debería decidir si el colgante, llamador de ángeles lo iba a llevar el hijo para su protección o iba a ser el llamador de ángeles que protegiera a la madre.
Esta es una de las leyendas de los llamadores de ángeles, hay otras que son muy parecidas y cambian las personas por duendes u otros elementos, todo depende de la religión a la que pertenezcan los narradores y sus costumbres sociales y étnicas.
Hoy en día es una joya preciosa ideal para lucir en cualquier momento, con un look desenfadado o incluso para una imagen más formal.
Es un regalo ideal que podrá simbolizar la preocupación que tenemos por una persona.
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