Hoy en nuestro Magazine hablamos de la historia de la joyería en Grecia y Roma. La joyería ha ido cambiando y creciendo a lo largo de la historia y nosotros analizamos episódicamente sus orígenes y cambios.

En particular las joyas griegas y romanas están caracterizadas por las épocas de esplendor en las que se desarrollaron y eso hace que el oro fuera el material con el que más frecuencia se encontraban.

La joyería en la Antigua Grecia

Los griegos heredaron la tecnología de la orfebrería de la cultura Micenica, que se desarrollo en las islas de Creta. Thera y Anatolia durante casi un siglo del año 2700 al 1600 a. de C., esta cultura desapareció a causa de catástrofes naturales pero dejo un legado muy valioso que los griegos aprovecharon. Aunque tenga poco que ver con la joyería recordaremos el pasaje de La Iliada donde Homero narra la guerra que llevo al rey Agamenon hasta Troya.

En el año 1871 es descubierto por el ciudadano alemán Schliemann un importante tesoro formado por miles de joyas de oro y piedras preciosas en Turquia, se le ha llamado tesoro de Priamo y  aunque en un primer momento fue trasladado a Grecia, las joyas más valiosas de este tesoro se custodiaban en el Museo de Berlin, pero al final de la II Guerra Mundial se volvieron a trasladar, esta vez a Rusia.

Poco después del descubrimiento del tesoro de Príamo en el año 1876 se descubre la ciudad de Micenas y en ella una máscara fúnebre de oro macizo a la que se la conoce como la máscara de Agamenon.

Los griegos de la antigüedad no gustaban de engarzar muchas gemas en sus joyas, preferían colgar fetiches de oro casi siempre aros o discos de sus diademas y vestidos. Al principio las joyas eran muy sencillas pero poco a poco fueon ganando en complejidad.

Crearon objetos de gran belleza como abalorios de ámbar para pulseras y collares, todo tipo de anillos y sellos, también pasadores para el pelo con terminaciones de cuarzo y preciosos pendientes, eran muy populares los de forma de paloma, símbolo del dios Eros.

Los inicios del uso del oro y las gemas por parte de los griegos debió comenzar en el año 1400 a. de C. tuvo que pasar casi un siglo para observar un gran cambio en la confección de joyas y poder encontrar piedras preciosas en las mismas con una engarzadas con una avanzada tecnología podemos encontrar joyas griegas del año 300 a- de C. con preciosas amatistas y esmeraldas también descubrimos el uso de perlas y comprobamos perfectas tallas de estas piedras.

Debemos a los griegos los primeros camafeos (piedras talladas con imágenes en alto relieve) los realizaban utilizando un ágata llamada Sardónice. Típico de esta época era la guirnalda de laurel o corona que usaban para premiar a los campeones de las olimpiadas y cualquier personaje que destacara en alguna actividad, la corona de laurel estaba relacionada con el dios Apolo.

Fue en los años que van desde el 300 al 20 a. de C. cuando gracias a las conquistas de Alejandro Magno las relaciones entre distintas culturas traen a La Grecia Antigua nuevas modas y cambios en el gusto por la arquitectura, la vestimenta, y como no en las joyas, nuevas piedras hasta entonces muy poco utilizadas como la calcedonia, el granate, el cuarzo o la cornalina cobraron protagonismo, los modelos eran copias de los creados por egipcios y asirios.

La Roma Clásica y la joyería

Esta cultura de la que sin lugar a dudas, se puede afirmar estamos influidos en muchos aspectos, dio mucha importancia siempre a la orfebrería, todo tipo de adornos y utensilios podían ser una joya en si mismos, agujas de pelo, peines, pendientes, anillos, broches, etc. realizados con materiales como el marfil, el bronce, la cerámica, la porcelana eran utilizados por todas las clases sociales, por supuesto el diferente valor y complicación en su manufactura  decía mucho del nivel de su portador.

Aunque el oro y la plata eran muy utilizados también lo era el bronce y la pasta vítrea, eran amantes de las perlas y diferenciaban perfectamente las más valiosas.

Son estos romanos los precursores de las alianzas actuales que entonces era una aro sencillo casi siempre de hierro que también se entregaba públicamente como promesa de un contrato matrimonial. Este anillo dejo de ser de hierro y empezó a ser de oro en el siglo II d. de C. y los cristianos adoptaron esta tradición que dura hasta nuestros días.