Son varios los trucos «caseros» que podemos utilizar para descubrir si nuestra piedra es verdadera o si por el contrario se trata de una imitación. Nunca está demás saber a qué recurrir para saber el valor de una pieza determinada. También, nos será muy útil saber esta información a la hora de valorar una gema o joya para una posible reventa o empeño.
Por encima de todo, siempre recomendamos poner en manos de profesionales el examen y tasación de una piedra, ya que herramientas como la lupa son imprescindibles para una valoración fiable. No obstante, recopilamos algunos consejos que podemos practicar todos en casa, sabiendo por descontando que no son garantía absoluta de la veracidad de la piedra. La última palabra siempre la tendrá un profesional.
En el magazine de oroHora.com hemos recurrido a un experto en joyería con diamantes: Plas-Gemas S.L. fabricante y distribuidor en España de colecciones de anillos de pedida y otras familias de joyerías donde los diamantes son la piedra fundamental, nadie mejor que ellos para hablar de diamantes. Ellos también nos recomiendan ante todo buscar la última palabra de expertos del sector para establecer la veracidad de una piedra, ya que es una cuestión seria y profesional que no debe tomarse a la ligera. Agradecerles también a El Rubí Joyeros por su colaboración, los cuales ya investigaron sobre estas técnicas y hoy nos brindan todos los TIPS que recopilaron.
Lo primero a tener en cuenta para saber si un diamante es verdadero o es falso es su brillo y luminosidad. Los diamantes son piedras únicas, con cualidades inimitables que no posee ninguna otra piedra en joyería y aunque a veces las imitaciones están muy perfeccionadas en este aspecto, no igualan la singularidad del diamante.
Ya sea en talla brillante, princesa, baguette, pera, oval… las caras del diamante facetado reflejan la luz de una manera singular. Plas-Gemas S.L. nos habla de las propiedades del diamante y nos recomienda que a la hora de comprar joyería con esta gema nos fijemos y preguntemos siempre por su kilataje, talla, color y pureza. En la mayoría de los casos, como en la joyería de su catálogo, se ofrecen certificados de autenticidad de la piedra, para que el comprador pueda consultar siempre que quiera las cualidades del diamante que adquiere.
Pero vamos a entrar de lleno en cuales son los trucos «caseros» más fáciles que nos pueden dar una pista sobre si la piedra que tenemos delante es falsa o un auténtico diamante. Empecemos:
La prueba del aliento: consiste en coger un diamante, que sepamos a ciencia cierta que es un diamante verdadero y otro que no lo sea o pueda no serlo. Para hacer esta prueba ponemos las 2 piedras juntas, y les echamos el aliento, si una de las piedras se mantiene empañada por un par de segundos, probablemente se trate de una falsificación, el diamante real dispersa el calor del aliento instantáneamente y no se empaña con facilidad.
La prueba del rotulador: con un rotulador normal, con base de agua, (de los que utilizan los niños para el colegio) intentamos dibujar sobre el diamante, si es verdadero veremos que el rotulador no pinta sobre la superficie, sin embargo sí que es capaz de pintar sobre una piedra que sea falsa.
La temperatura: otra cuestión a tener en cuenta es que si comparamos un diamante falso con uno verdadero, veremos que el diamante verdadero es más frío, si nos humedecemos un dedo y lo ponemos sobre la piedra verdadera y la falsa, la verdadera se nos quedará pegada durante más tiempo.
Comprobar la densidad: con un simple vaso de agua podemos comprobar la densidad de la piedra, los diamantes son más densos que las piedras falsas, es probable que si introducimos un diamante verdadero y uno falso en un vaso de agua, el verdadero se vaya al fondo del vaso mientras el falso flote o se quede a media altura.
Todas estas son pruebas caseras, fáciles y rápidas que se pueden hacer para reconocer un diamante y que podemos realizar sin acudir a consultar a un experto. Sin embargo, si queremos profundizar un poco más en el estudio de esta piedra y analizarla de manera más técnica lo primero que vamos a utilizar es una lupa.
Si el diamante está montado, por ejemplo en un anillo de compromiso, hemos de fijarnos en el engaste y la montura. Plas-Gemas S.L. nos habla de los diferentes tipos de engastes que se hacen en este tipo de anillo: solitarios de pedida, medias alianzas de diamantes o alianzas enteras -llámese así al anillo de pedida completo de diamantes alrededor de todo el cuerpo- pudiendo ir la piedra principal y si tiene o no piedras que la acompañan engastada en garra, de 4 patas, de 6 patas, o de más, pudiendo ser el corte de la pata recto o curvo, el diamante también puede ir engastado en otro tipo de engastes como en chatón, en galería, o en carril.
Por otro lado un diamante que sea verdadero, no estará montado sobre un metal que no sea de calidad, esto lo podremos ver por los sellos que identifiquen el metal llamados contrastes. En el oro de 18 quilates, oro de 9 quilates y en la plata de ley.
Con la lupa podemos observar el diamante, normalmente los diamantes naturales tienen pequeñas imperfecciones naturales denominadas “inclusiones”, éstas suelen ser pequeñas manchas o sutiles cambios en el color, los artificiales, no suelen tener defectos de este tipo. Aun así hay diamantes reales que pueden ser prácticamente perfectos, así que este método no es del todo fiable.
Por otro lado y para mayor fiabilidad nunca está demás llevar la piedra a un experto joyero. Los profesionales hacen pruebas técnicas que aseguran si una piedra es o no verdadera. Una de las pruebas que le hacen es la prueba de calor, los diamantes reales se calientan con mayor dificultad debido a su estructura.
Los tasadores suelen usar para las pruebas microscopios con una potencia de 1200 aumentos, y buscan en ellos a parte de la incursiones el tipo de luz que refleja, las balanzas de precisión son buenos aliados de los joyeros para la tasación de estas piedras.
Por último, y quizás sea la prueba más compleja de hacer, es exponerla a los rayos X, los diamantes verdaderos no aparecen en las radiografías, sin embargo, el vidrio, los cristales y las zirconitas sí aparecen.
No obstante, lo mejor es llevarlo a un tasador de piedras, que aportará después de tasar las piedras un certificado gemológico que revalorizara nuestra piedra.
Los precios de estas tasaciones variaran según quién las realice, el tamaño de la piedra y si es la piedra suelta o viene engarzada.
Si quieres encontrar más informaciones acerca de los diamantes, no te pierdas la entrevista que hicimos en el magazine de oroHora.com al Director Ejecutivo de la marca Plas-Gemas S.L. José Placer, puedes acceder haciendo click aquí. No lo pienses y descubre todos los secretos de la piedra reina en joyería.